Baleal, Portugal, julio 2015
Entre los rincones con acantilados que buscamos, llegamos a esta pequeña iglesia al borde de uno, junto al mar. No se ven apenas olas, pero estaba agitado. La tranquilidad que se ve, tuve que esperar para conseguir la toma sin gente, una vez que en una primera prueba se me coló una persona.
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