Santoña, junio 2015
Soy poco aficionado a bañarme en el mar, pero con aguas como esta, ¿a quién no le apetece entrar? Hacía calor, estaba de ruta senderista, y paré en un faro a descansar, después de haber bajado una escalera para un desnivel de más de 100 metros. Pero no probé el agua.
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