Mérida, febrero 2014
Era la época de floración, los campos estaban poniéndose verdes, y unos pocos metros a la salida de Mérida ya era posible encontrarlos. Así que me acerqué a un alto donde se veía la ciudad a los pies, pero por medio el campo verde. No todo lo verde que habría quedado bien, pero la luz sobre las nubes estaba en el momento adecuado.
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