Cabo de San Vicente, Portugal, febrero 2006
Como la visita que hice al Algarve era en el mes de febrero, pues no había mucha gente. Además, pocos metros antes del cabo de San Vicente había esta cala a la que nadie había bajado desde que la marea la descubriese esa mañana, por lo que las únicas huellas que habían eran las mías. En días así es como me gusta ver las playas, cuando no hay nadie.
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