Campo Maior, Portugal, marzo 2009
Me dijeron el otro día que parece que tengo obsesión por el agua, y es que al estar en movimiento continuo nunca se consigue dos veces la misma foto. Y si además ves una fuente donde dos chorros chocan de vez en cuando, pues hay más curiosidad por poner la cámara en ráfaga y disparar de forma continua para escoger el mejor resultado. La pega en esta ocasión es el fondo. Estaba en una plaza pequeña y no tenía mucho sitio donde elegir un fondo homogéneo, que no me estropease la foto.
1 comentario:
Very nice.
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