Mérida, mayo 2011
El cine no es más que una sucesión de fotogramas pasados a una velocidad que el ojo no lo aprecia como fotogramas individuales. Por lo tanto, son una foto detrás de otra. Así que la entrada de hoy no la dedico a una foto como tal, sino a una sucesión de fotos.
La idea era: ¿y si cojo la cámara y hago varias fotos de algo, para unirlas y hacer una película de animación? Es decir, utilizar la técnica de animación de stop-motion. Pero claro, no cuento con los medios de un estudio ni los conocimientos. Tan solo fue un poco para poner a prueba la imaginación. Monté una especie de estudio en el comedor de casa, y coloqué la cámara en posición fija (todas las opciones manuales para que todas las fotos tuviesen las mismas características). Además utilicé el disparador a distancia para no tocar la cámara. Así que hacía una foto, movía ligeramente la figura, y hacía otra. Hasta un total de casi 200.
La película la hice con Windows Movie Maker, el programa que más a mano tenía, pero tal vez no el más adecuado. Tuve que cambiar los espacios entre fotos manualmente uno a uno para ponerlos a 15 centésimas por foto. Esto hacía a algo más de 6 fotogramas por segundo, en lugar de los 24 que realmente forman parte de una película.
La iluminación era natural, la que me entraba por la ventana, y fue un día con nubes. Por lo tanto de una foto a otra cambiaban las condiciones, y por eso hay cambios de color. La próxima vez lo intentaré controlar algo más.
1 comentario:
Madre mía que currada, sólo una cosa, ¿cuánto tiempo estuviste para hacer toda la secuencia de 200 fotos?
Publicar un comentario